miércoles, 22 de noviembre de 2017

Mi nuevo amigo, el ayuno intermitente

Como ya much@s sabréis, estoy en pleno desarrollo del curso del ICNS (no me dan comisión por publicitarlo todo el rato, pero son tan buenos que me da igual) “especialización en obesidad”. Bueno pues en la última clase que tuvimos, el profe Álvaro Campillo (@sumediconosabe) nos habló, entre otras muchas cosas interesantes, sobre el ayuno intermitente (AI).

Yo lo había escuchado infinidad de veces pero no le había echado mucha cuenta, la verdad. Cada vez que oía algo al respecto pensaba “yo no soy capaz de hacer eso ni de coña”. Pero, oye, que el señor Campillo me despertó el gusanillo y la semana pasada dije, pues voy a probar. Así que os cuento mi camino desde entonces:

¿Qué es esto del AI? Os dejo enlaces de gente que se explica bastante mejor que yo para entender en qué consiste esta cosa:


¿Por qué he decidido hacerlo?

Causa nº1: Llevo un año bastante bueno en cuanto a alimentación y entrenamiento se refiere. Nada planificado ni estricto, pero me veo física y psicológicamente bien, así que soy optimista. No obstante, no consigo quitarme estas ganas de comer todo el día. No sé por qué me pasa, siempre he sido así. Así que al aprender sobre el AI he visto una buena posibilidad de aumentar mi saciedad, aparte de beneficiarme de otros muchos beneficios que tiene este protocolo.

Causa nº2: Con mis entrenamientos (fuerza en su mayoría) he visto aumentar mi tono muscular de una manera que me está encantando (nada exagerado, mujeres del mundo ya sabemos que NO seremos Hulk. Seremos una versión chachi de nosotras mismas) pero la grasa, quieras que no, sigue ahí, así que nada, otra razón más para intentar el AI.

Causa nº3: Continuamente, por suerte, hay personas que me piden ayuda para mejorar sus hábitos alimenticios y de vida en general, así que si pienso recomendar a alguien algo, primero tendré que probarlo yo, ¿no?

¿Cómo he seguido el protocolo esta semana de “prueba”?

Comencé el pasado martes 14 de Noviembre. Practico un AI 15/9 (aprox, algunos días algo más de ayuno, pero en general así), teniendo la ventana de alimentación desde las 12am hasta las 21pm. ¿Por qué esta repartición? Porque es la que más se adapta a mi rutina diaria, no hay más explicación. NO hay que complicarse más la vida de lo normal.

Todos los días he comido hasta saciarme, haciendo 3 ingestas al día. La primera después de entrenar en ayunas (caminata + pesas), sobre las 12 (la más copiosa). La segunda al volver del trabajo, sobre las 17:30 (café con leche y alternaba frutos secos, queso, yogur, frutas, lo que me apeteciera). Y la última antes de volver al trabajo, alrededor de las 20:30. 

Hice un diario los primeros días para ver mis sensaciones:

Primer día: Sensaciones MUCHO mejores de lo que esperaba. El apetito no era muy acusado durante el día, por la noche al volver de trabajar sí tenía más hambre pero conseguí dormir sin problema. Eso sí, sin saber por qué, tuve que ir al baño corriendo a las 4 de la mañana (episodio diarreico. Perdonad los detalles. No sé si tiene algo que ver con el AI o no, pero ahí está el dato xD ). 

Primer, segundo & tercer día: Entrenamiento en ayunas. Me daba cierto miedo ir a entrenar 100% en ayunas y sin haber ingerido nada desde las 20:30 (aprox) del día anterior, así que me llevé una fruta al gym por si me sentía mal. No fue necesario comer nada, durante el entrenamiento me sentí muy bien, incluso con más energía de lo normal (sobretodo el tercer día). Después del entrenamiento sí que empecé a sentir más apetito pero ya me quedaba apenas una hora para comer así que aguanté sin problema haciendo otras actividades. Cuando más hambre he sentido es al volver del turno de noche de trabajo, pero estoy tan agotada que no me cuesta nada dormir directamente.

Durante los primeros días bebí mucha agua, porque realmente mi cuerpo me la pedía, tenía mucha sed.

El resto de días lo he seguido sin darme mucha cuenta y sin demasiado esfuerzo.

¿Ya hay resultados físicos?

Pues no, milagros a Lourdes, amig@s. Que llevo apenas una semana haciéndolo.

¿Seguiré con ello?

Pues sí, no veo por qué no. Estoy segura de que no lo haré el 100% de los días, porque habrá excepciones. Pero esto es la vida real, muchach@s.

No es una dieta para adelgazar, ni para engordar ni para desintoxicar (ya que esa moto que te venden es una idiotez), lo típico de "la dieta de X". Se trata de un hábito que consigue ayudar a tu cuerpo a quemar grasa de forma más eficiente.

Digo que NO es una dieta para adelgazar, porque desde luego no es mi objetivo. Hace mucho tiempo que no me peso, ni cuento las calorías que tomo, aunque sí tengo en cuenta la calidad de lo que ingiero y la actividad que realizo.

¿Qué espero a corto-medio plazo?

A priori, espero ir apaciguando el hambre de antes de dormir, quizá necesito meter más carga de comida en la última toma del día, puede que esté comiendo menos de lo que necesito, al bajar el número de comidas. Aún estoy “midiéndome”.

Ahora mismo estoy un poco estancada-desmotivada en cuanto al entrenamiento, aunque sigo haciéndolo. A partir de enero cambiaré de gimnasio, y eso espero que me de ese impulso que necesito. Así pues, el meterme más caña junto con el AI pueden ayudarme a bajar la grasita.

¿La recomendaría?

Sí, no y yo qué sé. Como ya digo, no es “la dieta ” de nada, es un protocolo bastante sencillo, así que lo veo recomendable para todo aquel que vea que le puede sacar partido, nada más.

Es saludable, parece que tiene más pros que contras. Por lo tanto, si pruebas y te sientes a gusto con él pues, sí, te lo recomiendo.


Si por cualquier cosa no te convence, no te funciona o lo ves una patochada, pues sigue con el hábito saludable que mejor te vaya. No hay un solo camino posible, encuentra el tuyo y vive saludablemente feliz, que es lo importante.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Ojalá fuera fácil

Hay a quien se le llena la boca con la fuerza de voluntad.

"Estás gordo porque no tienes fuerza de voluntad". Bueno, sí pero NO, ni de coña.

Ojalá ese estado fuera solo consecuencia de la falta de fuerza de voluntad.
Hay tantos mecanismos dentro (y fuera) de nuestro cuerpo que condicionan nuestro estado de salud que es mejor no hablar, que ser tan simplista.
Muchas de estas cosas/situaciones/mecanismos no están tan en nuestra mano para cambiarlas, por desgracia.

Por suerte, otras sí. Una cosa es que no todo sea "culpa" nuestra y otra que nos saboteemos a nosotros mismos y, por consiguiente, a nuestro cuerpo y mente. Y de esto quiero hablarte hoy:



No puedes evitar que en la TV publiciten comida basura a todas horas, pero puedes apagarla y abrir un buen libro. O salir a pasear, o meditar, o llamar a esa persona con la que hace tiempo que no hablas.

No puedes hacer desaparecer los miles de mierderproductos que ponen a la venta en supermercados o tiendas de “alimentación” (parece nombre irónico, porque casi nada de lo que venden son ALIMENTOS), pero puedes prescindir de visitarlos tan a menudo. Puedes comprar en la frutería de tu barrio, en el mercado o mercadillo. Puedes evitar pasar por ciertos pasillos si vas al hiper, ir a la compra con hambre o no llevar las ideas claras.

No puedes prohibir a tus amigos, familiares o compañeros de trabajo que te inciten a comer ultraprocesados porque “un día es un día”, “es que es mi cumple/su cumple/prenavidad /prevacaciones/”. Pero puedes no tener ninguno de esos ultraprocesados en casa ( http://nutrienterate2.blogspot.com.es/2017/02/el-armario-enemigo.html ) de manera que evitarás comerlos a diario.

No puedes hacer que todo el mundo entienda tu lucha contra el sobrepeso pero puedes explicarles tu situación, que necesitas apoyo y que basta con que no te ofrezcan constantemente comida, con que no llenen la casa de azúcar o con que te animen a hacer actividades y no a hundirte más en el sofá.
De hecho, no hace falta que sumen, pero al menos que no resten.


Y si sientes que tampoco puedes hacer ninguna de estas cosas, no te martirices, no te desalientes. No eres l@ únic@, no estás sola, no tienes que hacerlo tú sol@. Hay muchos profesionales que pueden y quieren ayudarte.