Repaso al
artículo leído estos días… (leedlo antes o no os enteraréis de nada)
Lejos de
meternos en ideologías u opiniones religiosas, nos quedaremos con los detalles
nutricionales del asunto (la mayoría plasmados en opiniones de las madres
ofendidísimas). ¡No tienen desperdicio, oiga!
“¿Por qué los niños tienen que dejar
de comer carne de cerdo?”
A)Porque hay
mil posibilidades mejores, que incluirían alimentos que podrían tomar TODOS los
niños inscritos en el comedor.
B)No tienen
por qué no tomarla, dásela en tu casa a la hora de la cena, desayuno, merienda,
fin de semana,…
“Nos vendieron que el menú iba a ser
ecológico”
Sinceramente, leyendo esta opinión parece que esta madre ni sabe lo que significa
que algo sea ecológico. Y con la opinión
de la mediterráneo más de lo mismo…
“En el menú había un exceso de
verdura y carencia de carne”
Bueno, esta opinión es para tirarse al suelo (no sé si de
risa o de llanto). Vivimos en un país lleno de procesados y obesidad infantil ¿y
te vas a quejar de que ponen mucha verdura en el comedor a tu hij@? Seguramente
esta madre sea la que luego en casa intenta obligar a sus hijos a tomar
verdura, pero en el comedor, no gracias, no vaya a ser que le gusten y tenga
que cocinar más en casa.
Por cierto, ¿en
qué se basará para decir semejante estupidez? Ah sí, seguramente en el oráculo “pirámide
nutricional”.
“Cuscús, tabulé, cúrcuma”
Aberraciones de la gastronomía, sí.
¡Que vuelvan las varitas de (no)pescado rebozadas y fritas! Eso sí, yo esta
noche me voy al restaurante indio de moda, a probar platos que no sé ni pronunciar
pero son muy cool.
No sé si
será exagerada mi opinión, pero creo que negarse de manera tan extrema a que
los niños prueben algo nuevo alegando esas opiniones denota:
A)Poca
educación nutricional: qué más da cómo llamen al menú o a la carne. Si la
comida de tu hij@ va a basarse sobretodo en ALIMENTOS, deberías estar más
agradecid@ que ofendid@.
B)Poca
empatía: Según leemos, el objetivo del nuevo menú era que TODOS los niños del
centro pudieran estar bien alimentados. Después esperaréis que vuestros hijos sean respetuosos con los
demás niños…
Veréis, no
soy madre pero creo que si mi hijo un día viniera a casa diciendo que hoy han
cambiado las croquetas de chorizo de siempre por tabulé, pensaría “elegí bien
ese cole”. Ah, y animaría a mi hijo a aprender más sobre ese plato y a
prepararlo juntos en casa. Eso se llama EDUCACIÓN NUTRICIONAL.
Llamadme
loca.
Gracias por
leernos, Nutrientérate.