martes, 9 de diciembre de 2014

Todos somos humanos, incluso yo

En un curso de @SaludIntegral bastante productivo que he estado haciendo unos meses, nos invitaron a recapacitar sobre nosotros mismos. Qué nos motiva a la hora de elegir una vida más o menos saludable (dieta variada sin excesos ni alimentos innecesarios + deporte + descanso), en qué flaqueamos más y cuáles son nuestros trucos para no caer en las excusas y en el sofá eternamente. Escribí con la mayor sinceridad posible y hoy quiero transmitirlo a todos por si os sentís identificados y puedo ayudar en algo. Ahí va:

“Veréis, creo que mi fuerza de voluntad y autocontrol van por épocas (aunque supongo que la de muchos también, viendo en los apuntes la parte de la fáse frágil). Las soluciones en mi caso son variadas. A diario echo un vistazo a fotos, comentarios e historias de personas (mujeres en su mayoría, ya que claramente puedo verme más identificada) que luchan día a día por tener un físico y salud mejores. Soy realista, entiendo que no voy a conseguir el cuerpo de una competidora, ni tampoco lo pretendo, pero me sirve muy positivamente para darme cuenta de lo que quiero. Observar el caso contrario también me ayuda. En mi casa tengo una persona sedentaria 300%. Se alimenta más o menos saludable porque soy yo la que le pone el plato en la mesa, pero en cuestión de ejercicio, cero total. Intento motivarla y predicar con el ejemplo, pero ella siempre busca alguna excusa para no moverse de su silla. La miro y pienso que eso NO es lo quiero para mí.
Muchas mañanas me levanto pensando en las pocas ganas que tengo de hacer ejercicio ese día. Lo que cuesta no es entrenar, es ponerte a ello. Así que mi método es levantarme, estirarme bien, lavarme la cara y vestirme directamente con ropa de deporte, una excusa menos para luego. Hay días que ni aún así termino activándome, la verdad (días vagos tenemos todos, creo). Esos días, mi mejor opción de ejercicio es el senderismo/trekking sola o acompañada (siempre mejor acompañada). Te da paz, relax, contacto con la naturaleza y, cuando menos te lo esperas, llevas dos o tres horas moviéndote, quemando calorías.
Pero, normalmente, acabo de hacer el trabajo que tenga cada día a eso de las 12:30, me levanto y ale, a andar/correr/hacer pesas. Cuando termino, la satisfacción que siento es inmensa. Una ducha y a comer. Mientras como pienso: Menos mal que decidí hacer ejercicio esta mañana. Ya tengo toda la tarde libre para dedicarlo a lo que más me apetezca, que suele ser ver películas bien acompañada, cocinar algo dulce si se acerca el fin de semana, navegar por internet en busca de información sobre nutrición para ayudar a algunas personas, pasar la tarde en buena compañía a base de risas, juegos de mesa y tonterías varias que hacen que la vida merezca, y mucho, la pena.”

Nadie mejor que tú puede ayudarte a mejorar en lo que te propongas. Sólo has de preguntarte qué quieres, ser realista a la hora de ponerte objetivos e intentar cumplirlos porque es lo que tú más deseas. No porque nadie te obliga, porque hablan de ti, porque te miran raro… Haz lo que te plazca, pero que te haga feliz.

Recuerda que eres TÚ contra el NO PUEDO. TÚ contra las excusas, TÚ contra las probabilidades. El reloj sigue en marcha, veamos qué es lo que quieres…

Gracias por leernos, Nutrientérate.
(Laura Massía Rodríguez)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión siempre es interesante, ¡compártela!